miércoles, 27 de abril de 2011

próxima estación...


La faja de clausura la encontramos en la entrada de nuestro terreno; adjunta una carta del inspector que nos decía que estábamos fuera de la ley, y para colmo, que éramos reincidentes.
Parece que hacerse la casa de barro está prohibido. Aunque sea un material históricamente utilizado en esta zona, aunque al construir con él se daña menos al ambiente, aunque lo podés hacer vos mismo, y de paso le pasás la posta a tus amigos, aunque es más eficiente térmicamente... o por todo eso... el barro no está incluido en el código de planeamiento urbano del municipio de Tornquist. Y "no damos excepciones", nos dicen, mientras aprovechan para recaudar un poco con las multas que nos imponen.
Guadalupe dijo en una de las últimas jornadas de construcción en casa que teníamos que saber que íbamos a tener problemas. Que siempre que alguien hace algo tiene que enfrentarse con las resistencias y los frenos. Que es algo intrínseco a un proyecto pequeño como el nuestro y a muchas otras experiencias de cambio a lo largo de la historia .
Cuando veo el acta de inspección, y leo el artículo del código que nos aplican pienso en W. Benjamin, en el derecho protegiendo al derecho, autorreferencial, circular. Girando y protegiéndose a sí mismo.
En estos días vamos a presentar junto a nuestro arquitecto un proyecto de ordenanza para que el barro se apruebe. Nos piden informes técnicos, justificaciones, explicaciones... Estamos juntando firmas y ganas. La fuerza física y la pasión que le pusimos al barro este verano se tiene que convertir en lucidez para enfrentar las dificultades y poder seguir.